A nivel industrial, el método de protección de las superficies metálicas más habitual, como por ejemplo el acero o el aluminio, es el lacado o pintado, siendo éste un procedimiento especial de protección de la superficie de acero o aluminio con una capa de pintura aplicada, que puede ser en polvo o líquida. Es un acabado que permite toda la gama de colores y brillos. Las pinturas pueden ser líquidas o en polvo.
Una pintura en polvo, a diferencia de una pintura líquida, se caracteriza por la ausencia de disolventes. Esta pintura se deposita electrostáticamente en la superficie del perfil y después se endurece mediante la polimerización en hornos a temperatura que, dependiendo del tipo de familia de pintura a aplicar, son de alrededor de 200 °C.